jueves, 17 de febrero de 2011

la literatura del barroco

El barroco es un movimiento artístico y cultural dominante en el siglo XVII caracterizado por una evolución de las ideas y los aspectos temáticos y formales del Renacimiento. La visión neoplatónica e idealista del mundo renacentista entra en crisis, se hace compleja, conflictiva y contradictoria. Los recursos formales se intensifican en la búsqueda de nuevos caminos para la expresión artística.
Al principio el término barroco no se utilizó más que para las artes plásticas, es en los años 1920 cuando se empieza a hablar de barroco literario, aunque su período de influencia se ubica entre los siglos XVI y XVII dando la idea de que el movimiento afectó no sólo a la forma y a la plástica, sino también a las formas literarias. Aún más importante, asumir la existencia de un barroco literario supone asumir el barroco como un movimiento de tipo ideológico, no sólo formal y ver su profunda relación con la Contrarreforma. Sin embargo, esto llevó a algunos mucho más allá, negando su relación con el Renacimiento y presentándolo como un movimiento enfrentado, lo que tampoco es cierto.
El barroco trae consigo una renovación de técnicas y de estilos. En Europa, y sobre todo en España la Contrarreforma influye en gran medida sobre este movimiento; las expresiones italianas que llegaban desde el Renacimiento se asimilan pero al mismo tiempo se españolizan y las técnicas y estilos se adaptan aún más a la tradición española.
Los poetas barrocos del siglo XVII, siguieron mezclando estrofas tradicionales con las nuevas, así cultivaron el terceto, el cuarteto, el soneto y la redondilla. Se sirvieron de copiosas figuras retóricas de todo tipo, buscando una disposición formal recargada. No supone una ruptura con el clasicismo renacentista, sino que se intensifican los recursos estilísticos del arte renacentista, en busca de una complicación ornamental, en busca de la exageración de los recursos dirigidos a los sentidos, hasta llegar a un enquistamiento de lo formal.
En este siglo XVII en que aparece el movimiento barroco se intensifican los tópicos que ya venían dándose en el Renacimiento, pero en especial los más negativos: fugacidad de la vida, rapidez con que el tiempo huye, desaparición de los goces, complejidad del mundo que rodea al hombre, etc.
La Literatura del siglo XVI se expresaba en un estilo sereno y de equilibrio; el barroco del XVII viene a desestabilizar esa serenidad y diversas fuerzas entran en conflicto. Estas características se dan en toda Europa y en cada país toman un nombre diferente:

Barroco (literatura), periodo que sucedi󠡬 renacimiento, entre finales del siglo XVI y finales del siglo XVII, impregn󠴯das las manifestaciones culturales y articas europeas y se extendi󠴡mbi鮠a los pas hispanoamericanos.
Como etapa preparatoria, que coincide cronol󧩣amente con el renacimiento y el barroco, debe tenerse en cuenta el manierismo. La palabra barroco tuvo originalmente un sentido peyorativo, ligado con la extravagancia y la exageraci󮬠que a? mantiene en ciertos t󰩣os del lenguaje no especializado. Se dice que el t鲭ino deriva del portugu鳠barroco (castellano barrueco), que significa ‘perla irregular’. Tambi鮠suele relacionarse con baroco, nombre que recibe una figura del silogismo. El barroco expresa la conciencia de una crisis, visible en los agudos contrastes sociales, el hambre, la guerra, la miseria. Suele establecerse una distinci󮠥ntre el barroco de los pas protestantes y el de los pas cat󬩣os (barroco de la Contrarreforma).

Desde el punto de vista est鴩co, sobresale la b?da de la novedad y de la sorpresa; el gusto por la dificultad, vinculada con la idea de que si nada es estable, todo debe ser descifrado; la tendencia al artificio y al ingenio; la noci󮠤e que en lo inacabado reside el supremo ideal de una obra artica. La b?da de la novedad y de lo extraño explica la admiraci󮠤el barroco por pintores flamencos como El Bosco, Arcimboldo y Brueghel el Viejo: aso demuestran, entre otros textos, los Sueños del escritor español Francisco de Quevedo.
En el caso de España, aunque sin perder de vista el contexto europeo, Jos頁ntonio Maravall ha enumerado una serie de asuntos y t󰩣os literarios que definen una imagen del mundo y del hombre: la locura del mundo; la melancol—Anatomy of melancholy, de R. Burton, es de 1621— la sensaci󮠤e inestabilidad de los hombres y la fugacidad de las cosas; la revitalizaci󮠤el t󰩣o del mundo al rev鳠 y la figura del gracioso en el teatro español como uno de sus representantes (“Soy el que dice al rev鳠/ todas las cosas que habla”, dice un personaje de El mejor alcalde, el rey de Lope de Vega); el mundo como laberinto, como gran plaza o mes󮻠la concordia de los opuestos (nuestra vida se “concierta de desconciertos”, dice el conceptista español Baltasar Graciᮩ; el mundo como guerra y el hombre lobo del hombre.

Desde el punto de vista est鴩co, sobresalen la b?da de la novedad y de la sorpresa; el gusto por la dificultad, vinculada con la idea de que si nada es estable, todo debe ser descifrado; la tendencia al artificio y al ingenio; la noci󮠤e que en lo inacabado reside el supremo ideal de una obra artica. La b?da de la novedad y de lo extraño explica la admiraci󮠤el barroco por pintores flamencos como El Bosco, Arcimboldo y Brueghel el Viejo: aso demuestran, entre otros textos, los Sueños del escritor español Francisco de Quevedo.

Entre los autores del barroco hispanoamericano, destacaron (el Inca) Garcilaso de la Vega (1539-1616) en Per?r Juana In鳠de la Cruz, sobre todo por su Primero Sueño (de clara influencia gongorina por su audacia formal) y El divino Narciso (cuyo antecedente es Eco y Narciso, del dramaturgo español Pedro Calder󮠤e la Barca), y Fernando de Alva Ixtlilx󣨩tl, autor de una Historia chichimeca y traductor de poes nᨵatl en M鸩co; Martdel Barco Centenera (La Argentina y Conquista del Rde la Plata), extremeño que vivi󠭡s de veinte años en Am鲩ca; Pedro de Oña y Arauco domado en Chile; el canario Silvestre de Balboa y Espejo de paciencia en Cuba, y Hernando Domuez Camargo, a quien el poeta Gerardo Diego cita en su Antologpo鴩ca en honor de G󮧯ra, y que vivi󠥮 Colombia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario